*Barquitos del archivo, imagen de exposición FUTURO. Autora Muriel Hasbún.
1
El virus que trastorna el mundo tiene un estatuto espectral que lo vuelve ontológicamente perverso.
Los virus son inquietantes porque no están vivos ni muertos, No están vivos porque no pueden reproducirse por sí mismos. No están muertos porque pueden entrar en nuestras células, secuestrar su maquinaria y replicarse1.
Los humanos sabemos lo difícil que es enfrentar fantasmas, capaces siempre de replicarse y alterar nuestras maquinarias. Contra los fantasmas no hay vacunas, ni medicinas, ni tratamientos seguros, solo resta el afán porfiado de resistir sus fuerzas destructivas de emplazamientos diferentes. También la pandemia capitalista tiene un componente fantasmático. Jorge Alemán dice que el capitalismo está empujado por una fuerza de reproducción sin límites que no responde ya a ninguna necesidad humana.
Se trata de una abstracción pura, espectral y fantasmagórica que se expande por doquier como el más perfecto de todos los virus2 .
Tampoco hay antídoto ni remedio infalible contra este poderoso virus. Ante él, sólo queda el recurso de resistir de todas las maneras y desde todos los lugares posibles: reformular experiencias emancipatorias, reinventar modelos de subjetividad, concebir otras formas formas de estabilidad y ensayar nuevas prácticas de empoderamiento y convivencia social. Resta, también, la posibilidad de desempolvar utopías desde el fondo del desencanto; de reinventarse a sí mismo, quizá.
2
La aldea global se ha llenado de preguntas ansiosas acerca de signos de futuro y, enseguida, de pronósticos, vaticinios y profecías salvíficas. Es probable que casi todas las predicciones acierten en algún sentido y que el anhelado o temido mañana pospandémico presente un arco de incontables posibilidades abiertas entre los fatídicos presagios de catástrofe y ruina y los cándidos anuncios de redención del mundo. Más allá de las adivinanzas voluntaristas, las consignas dogmáticas y las prognosis interesadas, se levanta el imperativo ético-político de encarar con responsabilidad los tiempos venideros.
Es necesario pensarlo para trata de intervenir, o al menos participas, en ellos inventando alternativas antes los rumbos inexorables del biopoder (del necropoder). Es necesario imaginar -desear que estas alternativas involucren la participación de los actores de la escena pública. Y que lo hagan fuera del modelo evolutivo e instrumental de temporalidad basado en la acumulación y movido por el crecimiento continuo en pos de la pura ganancia. De hecho, las diversas posiciones asumen que no existe una línea cruzada la cual comenzaría el día después. Lo imprevisible que ocurrirá habrá de asumir las crisis, desigualdades, conquistas y posibilidades que ya comenzaron con la pandemia; que la preceden porque, en parte, la provocaron. Probablemente, todos los futuros implicados en el relevo del status quo deban ser construidos mediante procesos que movilicen saberes, afectos y poderes plurales. Y deben ser concebidos con rigor reflexivo, imaginación e impulso creativo.
3
La cuestión de la temporalidad desemboca en los ámbitos del arte. ¿Qué sucede ahí durante la pandemia? ¿Qué habrá de pasar allí después de ella? En cuanto el arte extrae sus energías y argumentos de las circunstancias que dispone cada tiempo (asumido, alterado o impugnado por cada obra), es indudable que una coyuntura tan traumática como la actual no puede dejar de afectar la sensibilidad, la percepción y las representaciones de los artistas y, por ende, no puede dejar de filtrarse en el concepto, la materialidad y las formas de sus producciones.
Ahora bien, ya se sabe que el arte trata las cuestiones que cada coyuntura acerca no mediante su exposición literal, sino a través de ambages, alejamientos y miradas oblicuas que complejizan e intensifican sus sentidos. Asume esas cuestiones cuestionando los límites de la representación y sometiendo su objeto a duda: confrontándolo con su propia ausencia o su sombra. Promueve, así, la continua extrañeza de ese objeto enturbiando las certidumbres que intentan descifrarlo. Para hacerlo, inventa distancias que permiten observarlo desde distintas posiciones; que permiten alejarse de él y a él volver con otra mirada. Este complicado quehacer no puede ser encarado de manera voluntarista: requiere no solo los ministerios del concepto, sino los empujes de la intuición, el olfato y la imaginación; facultades y saberes oriundos del cuerpo y las honduras subjetivas; poderes provenientes, también, del tiempo denso y dislocado que apremia y sustenta los ámbitos del arte. Los complicados mecanismos que demanda el quehacer artístico le impiden dar cuenta inmediata de su coyuntura y le imposibilitan hacerse cargo expeditivamente de las cuestiones que levanta la pandemia. Ante el enigma no hay respuestas, sino indicios, equívocos en general. Por eso el arte no contesta las preguntas; las reenvía a dimensiones donde ellas resuenan de manera disímil y devienen eco de sí mismas, multiplicando de este modo sus sentidos posibles. El arte no predice el futuro; imagina sus dislocaciones y desvaríos, sus espejismos y espirales. Incuba sus simientes. Anticipa ficcionalmente el tiempo por venir, lo discute mediante los argumentos de la memoria, trata de enmendarlo desde los antojos sabios del deseo y las fundadas razones de la ilusión.
En conclusión, el arte no ofrece panaceas para las desventuras que acarrean las pandemias sanitarias ni acerca soluciones para las iniquidades que imponen las pestes político-sociales: aviva la mirada ética, resiste la instrumentalización de sus imágenes y reinventa continuamente los alcances y los modos de la temporalidad. El arte alimenta reservas de significación, formas que podrán permanecer en estado latente hasta que encuentren su sazón en momentos favorables. Fomentar embriones de futuro es su compromiso con el tiempo venidero: de cara a él, el arte permite avistar salidas potenciales allí donde solo aparece un camino obturado por virus y desigualdades fatales.
Reflexión realizada tras el conversatorio organizado en el marco de exposición Futuro.