En estos momentos de confinamiento, de tanta incertidumbre crece una imaginación creadora con deseos de sanar, de buscar, de huir y de aceptar la nueva realidad.
La fotografía instantánea me ha permitido plasmar nuevas oportunidades, cuestionamientos y sueños; captar esos instantes frágiles, evanescentes de esta existencia fugaz. Indago sobre los matices de la luz, y viajo por la neblina de la nostalgia, la ilusión y la fantasía. La levedad, la imprecisión, la ambigüedad en la luz tenue me recuerdan el silencio y la quietud que anhelo conseguir.
Las imágenes revelan mi relación con el mundo espiritual, con la naturaleza, y comunican la verdad que conozco, mi verdad. Me permiten encontrarme y a la vez perderme. Me encuentro en ese silencio para reconocer y valorar la inconsistencia del tiempo y aprender a confiar en él, y en ese instante mágico confío ciegamente en lo que el misterio de la vida me pueda traer.
Isabel Herrera.












